Es raro pensar en el 24 de marzo en cuarentena ante una pandemia global. Este año se han cancelado todas las diversas actividades conmemorativas por el día de la Memoria, la Verdad y la Justicia. Se lee en la redes y medios gráficos: “hoy no hay marcha, pero hay memoria”, y en este sentido se ha redactado esta nota, para contar el enfoque de DDHH en el nuevo Plan de Estudios 2020 para la carrera de Abogacía de la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas de la Universidad Nacional de La Pampa.

Toda reforma o construcción de plan de estudios comienza con la gestión de espacios de discusión y debate. En el caso del nuevo plan de la carrera de Abogacía, la necesidad de fortalecer la formación en derechos humanos apareció de manera clara en todos los claustros. En ese sentido, la comunidad académica asumió el desafío de explicitar y visibilizar la educación en derechos humanos en toda la currícula, además de proponer diferentes estrategias de abordaje. Esto último tiene que ver con un aspecto central que ha sido retomado del movimiento por los derechos humanos en Argentina: los derechos humanos no son solamente normas que se repiten o instrumentos que se aplican (aunque conocer esto es fundamental), sino que son además postulados críticos que reflejan de una práctica social colectiva, comprometida y situada que alza la voz frente a las injusticias y las desigualdades.

Así, este nuevo plan refuerza la noción de que las normas jurídicas que reconocen y garantizan los derechos humanos, y los distintos sistemas y mecanismos de protección son imprescindibles, pero son insuficientes. La vigencia plena de los derechos humanos requiere de garantías políticas y sociales que pongan los derechos en acción y los hagan accesibles a un número cada vez mayor de personas, y eso se logra con políticas públicas.

Si pensamos que la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas viene formando a muchos de los actores de los tres poderes del Estado en La Pampa, resulta ineludible asumir la responsabilidad de fortalecer la educación en derechos humanos de manera transversal y crítica.

Es preciso destacar que la centralidad de la cuestión derechos humanos durante el diseño del nuevo plan de estudios no es un resultado azaroso. Hay una trayectoria e hitos que a continuación se van a mencionar. 

En primer lugar, desde hace varios años existían al interior de la Facultad distintas cátedras y grupos de investigación preocupados por la formación profesional de abogados y abogadas comprometidos con la temática. Además, en el año 2012 se creó y acreditó ante CONEAU la Especialización en Derechos Humanos. Muchos de sus egresados/as integran hoy el cuerpo docente de la carrera. Ese mismo año, a nivel institucional, el Consejo Superior de la UNLPam creó el Programa Académico Institucional en Derechos Humanos.

En el año 2013, se definió que la UNLPam se constituyera como querellante en los juicios por delitos de lesa humanidad (Subzona 1.4) en La Pampa. En el año 2014 se creó el Observatorio Universitario de Derechos Humanos de la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas, un espacio institucional de extensión que ha logrado construir un fuerte ámbito de articulación con la sociedad civil para el abordaje de diversos problemas actuales de derechos humanos. El observatorio buscó impactar en el diseño de políticas públicas, participando en distintas iniciativas legislativas que involucran tópicos de derechos humanos.

Por último, vale mencionar que en materia de investigación existieron una serie de proyectos que abordaron específicamente la cuestión de la educación en derechos humanos en relación con el Plan de Estudios de la carrera.

Los Derechos Humanos en este nuevo plan contemplan diferentes formas de abordarlos. Por un lado, se diseñaron espacios específicos para un tratamiento orgánico y sistemático de la protección de los derechos humanos, en la comprensión de que se trata de contenidos sustantivos en la formación de profesionales del derecho. Así, se incorporaron dos actividades curriculares específicas: “Derechos humanos y garantías constitucionales”, y “Derecho internacional público y sistemas internacionales de protección de los derechos humanos”.  Además, se incorporó la educación en derechos humanos en forma transversal en toda la currícula, lo que se evidencia con contenidos específicos al interior de cada una de las asignaturas.

Por otro lado, y pensando en la necesidad de llevar adelante una formación que busque generar una sensibilidad crítica en los/as futuros/as profesionales del derecho que se involucre en sus prácticas cotidianas, se plantearon dos espacios de formación práctica en el terreno relacionados con la educación en derechos humanos: las prácticas comunitarias y la clínica de derecho de interés público.

Estos dos últimos espacios constituyen uno de los mayores desafíos del nuevo Plan y expresan la preocupación de la Facultad, como institución educativa y de formación, en torno a la brecha entre la teoría y la práctica de los derechos, es decir, entre lo que se dice y lo que se hace en materia de derechos humanos.

Los derechos humanos no han sido ganados de una vez y para siempre, sino que se trata de un campo de permanente disputa, que debe ser conquistado y reconquistado en la lucha cotidiana. Entonces, el reclamo de Memoria, Verdad, Justicia y Nunca Más interpela una vez más a la comunidad académica a continuar fortaleciendo el compromiso institucional con los derechos humanos, a la vez que renueva la necesidad de formar profesionales del derecho capaces de traducir demandas sociales colectivas e individuales en reclamos jurídicos que contribuyan a la vigencia plena de los derechos humanos, en especial para aquellos sectores que continúan siendo excluidos y vulnerados.